Los olivareros andaluces llevan cuatro campañas consecutivas de pérdidas por la falta de rentabilidad de sus explotaciones, y las perspectivas para la próxima no son mucho más halagüeñas por la climatología adversa. El Gobierno de la nación ha agravado aún más esta situación, que el sector califica de crítica, al dejar al olivar andaluz —el de mayor superficie y producción del país— fuera de la rebaja fiscal para los cultivos afectados por la sequía.
La Orden de Reducción de Módulos para el sector agrario publicada en el BOE establece una rebaja de la fiscalidad para cultivos como los cereales, algodón, remolacha, cítricos, hortícolas y la ganadería extensiva. Sin embargo, deja fuera al olivar en Andalucía, aunque sorprendentemente sí la aplica en comunidades como Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid, Valencia o Murcia, algo que los los agricultores andaluces consideran un agravio.
En el ejercicio de 2009 la modulación en el olivar se redujo a 0,20 y en el ejercicio de 2010, a 0,26. Sin embargo, para el ejercicio de 2011, que es el que toma como referencia la Orden ministerial, se ha fijado un 0,32, un techo que el sector ve difícil de soportar. “Con una rentabilidad nula, debido a que los costes de producción superan a los ingresos, no se entiende que el módulo fiscal del olivar siga siendo del 0,32 y que ni siquiera de forma puntual se haya aplicado una reducción del mismo, como sí ha ocurrido en otros sectores productivos o con el sector del olivar en otras comunidades autónomas”, expone Eduardo López, secretario de Organización de COAG-Andalucía. Esta organización estima que el olivar acumula pérdidas anuales de 800 millones de euros desde hace ya cuatro campañas.
Las organizaciones agrarias han pedido al Ministerio de Agricultura que inste al Ministerio de Hacienda a rebajar el índice de rendimiento neto del módulo de olivar por el que tributan los agricultores en su declaración de la renta de 2011. Una petición que había sido avalada por la Consejería de Agricultura al incluir al olivar dentro de los cultivos afectados por la sequía. También la Delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, se ha mostrado receptiva a la petición de los olivareros. “No se puede tributar por unos ingresos que no se han obtenido", apunta Ricardo Serra, presidente de Asaja en Andalucía.
Pero más allá de la situación excepcional de esta campaña, el secretario regional de UPA, Agustín Rodríguez, plantea al Gobierno que revise la fiscalidad del olivar en base a criterios estructurales. “Hay que modificar los módulos del IRPF del olivar por el descenso de la renta motivada por la caída de precios en origen en los últimos años”, expone Rodríguez.
El Estudio de la Cadena de Valor y Formación de Precios del Aceite de Oliva del Ministerio o el Estudio de Caracterización del Sector e la Aceituna de Mesa y Aceite de Oliva de la Consejería de Agricultura, así como a los propios datos de Eurostat, son argumentos que refuerzan esta situación estructural.
El Ministerio de Hacienda sí ha rebajado la fiscalidad en los cultivos hortícolas (el módulo se reduce de 0,37 a 0,16) debido principalmente a las pérdidas millonarias que sufrieron por la caída de ventas a causa de la alerta sanitaria de la E.coli. También ha habido una reducción generalizada de los módulos del sector ovino, caprino, bovino y porcino. Y se han rebajado los módulos del algodón, los cereales, la patata la apicultura y las flores y plantas ornamentales.
De igual modo, las organizaciones agrarias apremian al Gobierno a adoptar otras medidas de carácter fiscal como la devolución del Impuesto Especial de Hidrocarburos por el uso del gasóleo agrícola en los grupos electrógenos de las explotaciones agrarias.
Fuente: elpais
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