Cooperativas y almazaras están cerrando operaciones a 1,68 euros, tan sólo once céntimos menos que el coste medio de los aceites de peor calidad
El aceite de oliva se sigue devaluando en plena campaña de recogida de la aceituna. Las cotizaciones medias de esta semana no pueden ser más alarmantes. Especialmente preocupante es es el caso de los extras. Se están vendiendo en origen a una media de 1,78 euros el kilogramo. Una aunténtica ruina para los olivareros, que necesitarían cobrar por encima de los 2,20 euros para cuadrar las cuentas. Y es que se están cerrando operaciones a 1,68 euros, cuando la tasación media de los vírgenes se sitúa en 1,65 euros –tan sólo tres céntimos por debajo– y la de los lampantes, en 1,57 euros –únicamente once céntimos menos–.
Esta escasa diferencia de precio hace un daño enorme porque se estandariza el producto y el factor calidad –y el valor añadido que reporta la excelencia– queda en un peligrosísimo segundo plano. Todo ello explica, igualmente, que un alimento con tan 'buena prensa' se utilice como reclamo y se oferte en supermercados y grandes superficies a 1,75 euros, como han denunciado reiteradamente las organizaciones agrarias.
Y menos mal que los niveles de demanda se mantienen en unos parámetros más que razonables. Frente a la caída interanual del consumo del 7,8 por ciento en los dos primeros meses del ejercicio (de 80,8 toneladas a 75,5), las exportaciones habían crecido en el cómputo de octubre y noviembre un 8,8 por ciento respecto al mismo periodo de 2010 (de 154,4 toneladas a 168).
Todo ello favorece a los consumidores. Nunca habían pagado tan barato una de las referencias mejor valoradas de la cesta de la compra. Según el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, el 'oro verde' con menos de 0,4 grados de acidez se tarifa a 2,70 euros en las estanterías, aunque también se puede adquirir mucho más económico, a 2,16 euros.
Fuente: ideal.es
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