Al contrario de lo que siempre se ha pensado, comer alimentos fritos en aceite de oliva o en aceite de girasol no se relaciona con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o de muerte prematura, de acuerdo con una investigación de la Universidad Autónoma de Madrid que se publica en British Medical Journal (BMJ).
Sin embargo, los investigadores, coordinados por Pilar Guallar-Castillón, subrayan que debido a que el estudio se realizado íntegramente en España, un país mediterráneo, donde se utiliza el aceite de oliva o el de girasol para freír, los resultados probablemente no pueden ser extrapolables a otros países donde, por ejemplo, el mismo en otro país donde se emplean otro tipo de aceites para freír alimentos.
En los países occidentales, la fritura es uno de los métodos más comunes de la cocina tradicional. Cuando la comida se fríe adquiere más caloría debido a que el alimento absorbe la grasa de los aceites. Se sabe que ingerir grandes cantidades de alimentos fritos puede aumentar algunos de los factores de riesgo relacionados con las enfermedades del corazón, la como presión arterial alta, el colesterol o la obesidad,; no obstante, hasta ahora no se había analizado en profundidad relación entre los alimentos fritos y las patologías cardiovasculares.
Hábitos alimentarios
Los autores entrevistaron los métodos habituales de la preparación de alimentos en 40.757 adultos de edades comprendidas entre 29 a 69 durante un periodo de 11 años. Ninguno de los participantes tenía enfermedad cardíaca al inicio del estudio. Se preguntó a los participantes acerca de sus hábitos en la preparación de los alimentos y sobre su dieta.
Durante el seguimiento hubo 606 eventos relacionados con las enfermedades cardiovasculares y se produjeron 1.134 fallecimientos.
En un país mediterráneo, donde los aceites de oliva y girasol son las grasas más utilizadas para freír, y donde se consumen grandes cantidades de alimentos fritos tanto dentro como fuera de casa, señalan los autores, «no se ha observado asociación alguna entre el consumo de alimentos fritos y el riesgo de enfermedad cardiovascular o muerte».
En un editorial que acompaña a la investigación, Michael Leitzmann, de la Universidad de Regensburg (Alemania), afirma que el estudio explota el mito de que «freír los alimentos es en general malo para el corazón», pero subraya que esto «no significa que el consumo frecuente de fritos de pescado o patatas fritas no tenga consecuencias para la salud». En su opinión, aspectos específicos de las comidas, como el tipo de aceite usado, son muy determinantes.
Fuente: abc.es
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