Citoliva e IAT forman parte del consorcio europeo que desarrolla el proyecto OiLCA para la reducción del impacto medioambiental de la producción de aceite.
Vapor de agua, dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, clorofluorcarbonos y ozono son los gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera más importantes. Por sí mismos no son perjudiciales, ya que aumentan la temperatura del aire próximo al suelo y la mantienen en un rango de valores aptos para la existencia de vida. Pero actividades humanas como la industria aumentan la concentración de muchos de esos gases y colaboran con ello en el temido cambio climático. Y todos los sectores realizan emisiones perjudiciales, incluido el olivarero.
Para evitar estos inconvenientes, un consorcio formado por tres entidades españolas -dos de ellas andaluzas, Citoliva y el Instituto Andaluz de Tecnología (IAT)-, una francesa y dos portuguesas y liderado por el Centro Tecnológico del Olivar y del Aceite (Citoliva) jiennense, ha puesto en marcha el proyecto OiLCA.
La iniciativa pretende mejorar la competitividad del sector aceitero en el espacio Sudoe (España, Portugal y el sur de Francia) mediante la reducción del impacto ambiental de la producción de aceite de oliva aplicando los principios de la ecoeficiencia. "Esto implica la mejora ambiental en general del sector, especialmente en relación a la implementación de alternativas en la gestión de los residuos con tecnología de vanguardia", afirma Carmen Capiscol, responsable del proyecto por parte de Citoliva.
Además, destaca Capiscol, se tendrán en cuenta aspectos económicos, a la vez que favorezca la modernización del sector, y contribuya a aumentar la calidad del producto final, "que contribuirá a mejorar la imagen de las empresas, a la mitigación del cambio climático y permitirá anticiparse al aumento de costes de gestión de los residuos y a normativas ambientales futuras más restrictivas".
Con el desarrollo de OiLCA se obtendrá una herramienta de gestión ambiental -a final de este año aproximadamente-, en soporte informático, que permitirá a las empresas conocer la emisión de gases de efecto invernadero asociada a su producción del aceite de oliva. Capiscol destaca que esta información facilitará a los productores, por un lado, seleccionar las mejores tecnologías disponibles para la producción óptima de aceite desde un punto de vista económico y ambiental, y por otro disponer de la información necesaria para comunicar la huella de carbono de sus productos. Para ello, y como parte del proyecto, se creará una etiqueta ambiental que facilite a los productores de aceite de oliva suministrar voluntariamente esa información "de forma precisa, fundamentada y verificable".
"Este etiquetado ambiental permite a los consumidores escoger entre un producto o servicio en función de consideraciones ambientales, favoreciendo la demanda y suministro de aquellos con una menor afección sobre el medio ambiente y estimulando al mercado a la consecución de una mejora continua", subraya la responsable del proyecto.
La iniciativa tiene una importancia fundamental dado que el olivar es un sector estratégico en el sudoeste europeo, que origina casi el 50% de la producción mundial de aceite. Sólo España posee el 25% de la superficie olivarera mundial y se calcula que este año se producirán unas 110.000 toneladas de aceituna
OiLCA forma parte del programa comunitario Interreg IVB Sudoe y cuenta con un presupuesto total financiado de 905.193 euros, de los que son Fondos Feder 679.044 euro.
Fuente: diariodesevilla.es
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