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El aceite de oliva bate todos sus récords. Nunca se ha vendido tanto “oro líquido” como ahora. La Agencia para el Aceite de Oliva ofrece unos números que casi “cortan la respiración”. Son muy buenos y seguro que pocos se los hubieran imaginado hace tres o cuatro años —no hay que remontarse muy lejos—. Seguro que muchos se habrían llevado “las manos a la cabeza” si se les hubiera dicho, en 2007 o 2008, que las cooperativas, almazaras, fabricantes, envasadores y distribuidores serían capaces de vender la friolera de 1.381.600 toneladas en doce meses. Sin embargo, se ha conseguido desde el 1 de octubre de 2010 hasta el 30 de septiembre de 2011. Ayer, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino lo constató con datos oficiales.
La campaña comenzó con dudas porque el sector oleícola tenía la responsabilidad de vender la cantidad más elevada de aceite de oliva nunca antes conocida. Se debía al enlace y a la importante cosecha, que se situó en 1.389.700 toneladas. Bajaba el 1% respecto al año anterior, pero había más “stock”, lo que hizo que se manejara un volumen casi un 20% superior a lo habitual. Había tanto aceite que las importaciones, prácticamente, fueron testimoniales. Los operadores no necesitaban salir al extranjero para comprar porque tenían producto en España y, también, porque los precios que se pagan a los productores son tan bajos que ir a otro país a por grasa no condicionaba el mercado —antes se hacía para tirar de la cotización hacia abajo—. Por ello, solo entraron 45.800 toneladas a España, lo que representa un 3% menos que el año pasado —en el que ocurrió algo similar— y un 21% en referencia a la media de los últimos cuatro ejercicios.
El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino señala que la comercialización de aceite de oliva en la campaña 2010-2011 es histórica porque cuenta con cifras récords. Se han comprado 1.381.600 toneladas, lo que se traduce en que, prácticamente, se ha vendido todo el aceite que se produjo. De ahí que el enlace —producto que sobra de un año y pasa al siguiente— sea muy parecido. Representa un incremento de las adquisiciones del 5% en relación al pasado año y de un 13% si se compara con los cuatro anteriores. Además, se fija una cantidad de grasa comercializada cada mes nunca antes conocida, ya que se ponían en el mercado y, además, se compraban 115.140 toneladas de zumo.
La clave. Sin el mercado exterior, la campaña hubiera sido un chasco. El secreto de estos buenos resultados está en las exportaciones, que han vuelto a ser determinantes y, consecuentemente, marcan otra cifra récord. Cada mes, España ha llevado 68.680 toneladas a otros países —el 44% era aceite producido en Jaén, lo que supone alrededor del 19% de la cosecha mundial—. En este año, las exportaciones se sitúan en 824.100 toneladas, lo que representa la mayor cifra de la historia. Se traduce en un 6% más que el año pasado —que también marcó un registro de récord— y un 22% si se compara con los cuatro anteriores. La media mensual se sitúa en 68.680 toneladas.
Los españoles también han respondido en esta campaña. El consumo interno de aceite de oliva ha estado algunos meses algo dubitativo e, incluso, con una tendencia a la baja, pese al precio al que se podía adquirir en las tiendas y las constantes ofertas de los supermercados y grandes cadenas de distribución. No hay que olvidar que el zumo de la aceituna ha funcionado como “producto reclamo” o, dicho de otro modo, siempre ha estado en los catálogos de ofertas.
Esta estrategia comercial ha hecho mucho daño a los productores porque ha tenido al aceite de oliva con una constante presión sobre su precio para que se devaluara, que es la única manera de ponérselo barato a los consumidores. Sin embargo, sería de ilusos ignorar el aspecto positivo que tiene esta práctica. Si el aceite está en el catálogo de ofertas, su precio es inferior. Sin embargo, se invita constantemente al consumidor a comprarlo o, explicado de otra manera, se promociona habitualmente, aunque sea como un producto muy barato —que es el aspecto negativo—.
consumo interno. Los españoles han comprado 557.600 toneladas.
El consumo crece un 5% en el país en relación a los últimos doce meses y un 3% en comparación con los últimos cuatro años, lo que da una idea de que el mercado interior ha sufrido años de debilidad. El aceite de enlace —que sobra de una campaña y pasa a la otra— se sitúa en 336.600 toneladas en las almazaras, mientras que los envasadores disponen de 137.800. No obstante, se ha de tener en cuenta que no hay producción hasta diciembre —queda mes y medio— y que de esta cantidad tendrán que salir las partidas que se destinarán para el almacenamiento privado aprobado por la Comisión Europea.
El precio es el principal problema
El único problema que tiene el sector oleícola —con estas cifras tan buenas de mercado— radica en el precio al que se vende, lo que ocasiona muchos otros. El Poolred de la Fundación del Olivar señala que el virgen extra se comercializa, como media, a 1,94 euros por kilo. El virgen se sitúa en 1,74 —que es para el que se ha aprobado el almacenamiento privado, por lo que habrá menos producto disponible—. Por último, el lampante cotiza a 1,64 euros por kilo. Sin duda, los valores ponen en riesgo la competitividad de las explotaciones jiennenses, que aún “sacan el cuello” gracias a las subvenciones.
Fuente: diariojaen.es
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