El aceite de oliva puede sustituir a los combustibles fósiles en la aviación. De hecho, la compañía holandesa KLM anuncia que, en septiembre, comenzará a operar un vuelo que unirá París con Ámsterdam, en el que los aviones repostarán un carburante hecho con grasas que ya no sirven en la cocina.
No es ciencia ficción. Los aviones pueden mover sus motores con el aceite de oliva que ya no sirve para la cocina. La compañía aérea holandesa KLM dispondrá —en solo dos meses— de un vuelo con pasajeros en el que la aeronave se “alimentará” de aceites inservibles para la gastronomía. Anuncia que se utilizará para rutas cortas y que no servirá para todos los aparatos, aunque sí indica que algunos de sus aviones —no se trata de un modelo exclusivo— moverán sus turbinas con un carburante de grasa de cocina reciclada. El primer vuelo irá desde Ámsterdam a París. Los técnicos opinan que es una travesía ideal para poner en marcha este sistema porque el avión recorre este trayecto en solo una hora.
Sin duda, se trata de una innovación científica aplicada a la aviación que pone en valor el aceite de oliva utilizado, que hasta ahora había sido un problema por su poder contaminante cuando se tira en el fregadero. De ahí que se recomiende depositarlo en los contenedores habilitados. Además, abre una nuevas expectativas muy interesantes para la propia industria oleícola, que ya está concienciada de que sus subproductos tienen valor dentro del cambio de modelo energético.
Por ello, el anuncio de KLM es una evidencia más del potencial que existe en este ámbito para este sector estratégico para la economía jiennense, sobre todo, el que opera con los subproductos.
los siguientes pasos. La compañía dice que se trata de un paso hacia adelante con vistas a una aviación más ecológica y sostenible. En realidad, el biocombustible será una mezcla del queroseno habitual —derivado del petróleo— y el aceite que queda en la freidora después de cocinar, por ejemplo, unas patatas fritas, unos churros o cualquier otro tipo de alimento.
Sin embargo, no se trata del primer paso de KLM en este ámbito. En 2009, la compañía ya demostró que era posible que un avión Boeing 737 volara con un carburante obtenido de semillas aceitosas de las plantas. En cambio, ahora se da un paso más porque lo que se quiere “quemar” en el aire para que el avión se acerque a los mil kilómetros por hora es aceite que ya no sirve y que constituye un residuo.
Precisamente, el proyecto conllevaría establecer puntos de recogida del aceite de las cocinas. Se centrarían en los restaurantes —en busca de grandes cantidades— y en puntos que recogen la grasa de las freidoras de los ciudadanos. Después, habría que transportarlo hasta una planta que se encargaría de realizar la mezcla perfecta —con el queroseno— para que vuelen las aeronaves por el cielo europeo.
La compañía recalca que se trata de un biocombustible totalmente seguro y que está constatado que los reactores funcionan con el aceite que ya no sirve para cocinar. Aún falta una serie de controles técnicos que avalen que se puede utilizar en los motores sin necesidad de realizar modificación técnica alguna. La empresa Dynamic Fuels se encargará de su producción, mientras que SkyNRG —un consorcio creado por KLM y las compañías North Sea Group y Spring Associates— se encargará de la comercialización.
De esta manera, se constata que las grasas vegetales, como el aceite de oliva, también ofrecen tremendas posibilidades como biocombustibles. No obstante, siempre queda por ver la rentabilidad para utilizarlas como sustitutas de los combustibles fósiles. Precisamente, en este proyecto a KLM le “salen las cuentas” y podrá en marcha los primeros vuelos durante el próximo mes de septiembre.
Fuente: diariojaen.es
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