Foto: diariojaen |
Si hubiera alguien capaz de saber en octubre cuánto aceite producirán los olivos y dar la cifra cerrada que el Ministerio de Medio Rural ofrece en mayo, simplemente sería un adivino y seguro que le iría mucho mejor si se dedicara a pronosticar los número de la Lotería Nacional.
Sin embargo, pese a que, visto así, parece que dar con la “tecla” resulta muy complicado, sorprende la enorme credibilidad que tienen los distintos aforos en el sector del aceite de oliva.
Las cifras que dan influyen en el mercado durante meses y son capaces de condicionar las operaciones y los precios. De ahí que los errores cuestan dinero y existen, también, estimaciones que, pese a que tienen rigor científico, van impregnadas de cierto interés. Salvo alguna excepción, los productores, en caso de duda, se quedan por abajo. En cambio, si lo hacen envasadores y distribuidores, tienden a apuntar hacia arriba —dar más cosecha de la que hay—, pese a que todos intentan mantener un rigor que no les haga perder la credibilidad para las siguientes campañas.
Quizás el mejor ejemplo era el Informe Carbonell —en la época de los hermanos Salazar en SOS—, que generaba un tremendo malestar entre los productores de la provincia porque consideraban que no había tanto aceite como decía. En cambio, la multinacional defendía su rigor científico a “capa y espada”.
La consejera de Agricultura, Clara Aguilera, presentó el aforo de esta campaña hace unas semanas. Con la firme voluntad de ofrecer información pero, a la vez, que no influyera al mercado —en favor de la neutralidad que ha de mantener la Administración— insistió en que se debía de tomar, simplemente, como una estimación o, dicho de otro modo, un cálculo que se realiza con métodos científicos, pero que también tiene la capacidad de errar.
De hecho, el aforo de la Consejería de Agricultura se ha convertido en el instrumento con más credibilidad y eso que no siempre atina. Jaén dará 515.000 toneladas de aceite de oliva, que se han estimado después de estudiar 8.471 olivos de 136 parcelas que están en 6.938 hectáreas. Calcula 2.292.000 toneladas de aceituna con un rendimiento del 22,47%, que da la cifra final de cosecha de zumo. Sin embargo, desde que se estima hasta que el aceite llega a la bodega pasan meses, por lo que la cifra puede ser muy variable. En los últimos 20 años, 13 veces se ha previsto menos cosecha de la que había.
Además, hubo 6 con más y uno en el que, prácticamente, se dio en el “clavo”. Además, antes se decía del aforo que tenía un margen de error del 10% —por arriba o por abajo—. En cambio, hubo 7 años —de 20 estudiados— que estuvo en este parámetro. En 10 se situó por encima y en 3 se quedó justo en el límite. De ahí que no hay duda de que los últimos años demuestran que el aforo tiene poco de oráculo y mucho de cálculo orientativo, que en numerosas ocasiones no se cumple. Por ello, para saber el aceite que habrá aún hay que esperar.
Fuente: diariojaen.es
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