¿Habrá ayudas a partir de 2013?

A falta de poco menos de una semana para que comience oficiosamente la aceituna, ya se empiezan a producir las primeras filtraciones sobre el futuro de las ayudas europeas al olivar a partir de 2013. Ese año, que figura en rojo en la agenda de los políticos, Bruselas debe decidir dos cosas de vital importancia para Jaén: primera y principal, si seguirá habiendo Política Agraria Común (PAC); y segunda y no menos importante, si el montante de las subvenciones a la agricultura, que se lleva el 41,3 por ciento de la hucha común, se mantiene o se reduce. ¿Qué se juega la provincia en este envite? Pues nada más y nada menos que la bonita cifra de 450 millones de euros que reciben anualmente los 108.000 olivareros jienenses y que significan aproximadamente un tercio de su renta.

A tres años vista de 2013, todo el mundo se pregunta si el grifo seguirá abierto o se cerrará. Los primeros documentos que han trascendido, sin ninguna validez oficial, apuntan a que sí, que habrá incentivos, pero se barajan tijeretazos de hasta el 50 por ciento. La filosofía sería priorizar actividades de mayor valor añadido en el medio rural en detrimento del cultivo propiamente dicho. El soniquete no es nuevo; ya se escuchó en la última reforma de la PAC de 2003. El objetivo final de los grandes detractores de la PAC, o sea los países del norte de Europa (fundamentalmente Alemania y Reino Unido), es que el ramo agropecuario deje de ser de interés estratégico, lo que en la práctica se traduce en menos euros.
Rechazo

Esta propuesta ya ha sido radicalmente rechazada por el Gobierno. Es más, el asunto será abordado en el primer Consejo de Ministros que se celebre bajo presidencia española, en el primer semestre de 2010. El mejor aliado de España es Francia, principal perceptor, aunque también están claramente alineados el resto de naciones del Sur, con un sector primario bastante desarrollado. Este choque de posiciones, que tampoco es nuevo, es la mejor garantía de subsistencia de la PAC.

Francisco Molina, secretario general de Asaja-Jaén y miembro del Grupo de Aceite de Oliva del Copa-Cogeca (entidad que agrupa a las organizaciones agrarias europeas), manifiesta que el debate de la supervivencia de la PAC parece bastante superado. «Lo que sí es cierto -aclara- es que la PAC se vinculará más al medio ambiente, que se ha convertido en el gran pretexto para justificar ante la sociedad el dinero que se destina al campo». «No creo que se disminuya el presupuesto, sino que se congele», explica Molina, quien agrega que «se debe tener muy en cuenta el hecho de que frente a los ocho receptores netos que hay en la actualidad, a partir de 2013 participarán los 27 socios, entre los que se hallan las últimas incorporaciones del Este, que también exigirán ser tratados como el resto».

Gráficamente podría decirse que el número de comensales que sienten a la mesa será mayor, aunque el pastel mantendrá las mismas proporciones. Para resolver este entuerto, la UE estudia el establecimiento de una asignación por hectárea agrícola útil, con independencia del tipo de plantación y de la zona donde se encuentre. Y aquí es donde los olivos de Jaén tienen mucho que perder, ya que en estos momentos figuran entre los principales agraciados. Otros, sin embargo, saldrán ganando.

En este punto es donde se abre otro frente de batalla: ¿quién compensan todo lo que se quedará por el camino? Conviene recordar que las necesidades objetivas de apoyo no son las mismas, por ejemplo, para una explotación de campiña provista de riego que para una finca de secano en una zona de sierra. La UE deja abierta la puerta a que sean los propios estados los que se rasquen la cartera y pongan de su propio bolsillo todo lo que falte. En este contexto deben interpretarse normativas como la famosa Ley del Olivar Andaluz, que verá la luz en 2010.

Fuente: ideal.es